6-IRIA SE DESPIERTA. RESERVA 257
La anciana Iria se despierta sobresaltada. No sabe dónde está. Sentada en la cama jadea atemorizada. La luz fría de enero penetra a través de las persianas entreabiertas. Amanece y en la estancia domina la penumbra. Iria busca con la mirada algo que la pueda ayudar. Se fija en las cortinas de la ventana. El estampado le es familiar. Al lado hay un perchero de roble. «Es el que me regaló mi padre». A los pies del lecho una silla con espaldar tiene un medallón forrado en rojo. Es la de su madre, inconfundible. —Estoy en mi cuarto —Suspira más tranquila. Se lleva la mano al cuello sudado. Gira su rostro a su derecha. La cama está vacía, la colcha planchada y la almohada sin arrugar. Alarga la mano para palpar su realidad. «Ha sido una pesadilla», piensa. Cierra los ojos intentando contener el llanto. Ha vuelto a soñar con Baruch. Hace tres años de su Ida del Humo. A su esposo se lo llevó el Sistema una mañana de invierno. De repente, le vuelve la inquie...